El deporte de las Bolas Criollas, como lo conocemos en la actualidad, es totalmente venezolano por excelencia, dado a que se juega de una manera única y con reglas totalmente criollas (venezolanas).
Claro está y es bueno advertirlo de que este deporte, podemos decir que proviene de un juego que tuvo su origen en los albores de la humanidad, cuando el hombre descubrió que podía competir con algo tan sencillo y tan accesible como lo eran las piedras.
Una de las teorías más comunes sugiere que las bolas criollas fueron introducidas en Venezuela por los colonizadores españoles.
Juegos similares eran populares en España y otros países europeos y es posible que los colonos las trajeran consigo y las adaptaran a las condiciones locales.
De acuerdo con la Federación Venezolana de Bolas Criollas y Bochas, se dice que un fraile español es quien las trae a Venezuela para que los esclavos que trabajaban en las fincas, tuvieran alguna forma de entretenimiento en el tiempo de descanso y de ocio.
Este gremio también recuerda una leyenda que atribuye la creación de las primeras competencias de bolas criollas al tío abuelo de Simón Bolívar, el Padre Sojo. Se dice que organizaba torneos en su hacienda popularizando así este deporte entre los habitantes de la zona.
Independientemente de su origen exacto las bolas criollas se popularizaron rápidamente en Venezuela, especialmente en las zonas rurales. Su sencillez y la posibilidad de jugarlas con materiales fácilmente disponibles contribuyeron a su difusión.
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